viernes, 4 de mayo de 2012

HERMANOS Y NUEVAS JERARQUÍAS

Cambios familiares:

Nuevas relaciones, nuevas jeraquías

Rodolfo de Bernart

Médico Psiquiatra, Psicoterapeuta, Director del Instituto

de Terapia Familiar de Florencia, Docente de Terapia Familiar

en la Escuela de Especialización en Psiquiatría de

la Universidad de Siena.


Normalmente estamos acostumbrados a trabajar con familias tradicionales (padres con hijos) pero existen muchos otros tipos de familias cada vez más numerosas como:

® Familias monoparentales

® Familias que vuelven a la F.d.O.

® Familias de culturas diferentes

® Familias Interculturales

® Familias Homosexuales con Hijos propios o adoptivos

® Familias Reconstituidas

El “recurso hermanos” nos parece especialmente significativo. Cada hermano puede proporcionar una imagen personalizada y una clave idéntica de lectura de la imagen familiar, que puede producir una versión innovadora de la imagen colectiva y compartida por la familia en tratamiento.

En la terapia con el subsistema de los hermanos los objetivos que intentamos conseguir tienen que ver, precisamente, con la posibilidad de poner en marcha y redefinir este subsistema especial, utilizando los recursos y competencias propios de éste. El vínculo que se desarrolla entre los hermanos abarca todo el arco del ciclo vital: el hermano es el pariente más cercano y el que más dura en el tiempo; es un coetáneo que tiene el mismo período de existencia y que al mismo tiempo comparte gran parte de las competencias sociales y las experiencias relacionales y afectivas necesarias para el desarrollo Son por esto un gran recurso, porque junto con ellos se comparte la infancia y la adolescencia, de las cuáles a menudo tienen una lectura no totalmente coincidente, lo cual resulta ser una gran riqueza para el contexto terapéutico, donde las “otras lecturas” de los mismos eventos son exactamente lo que nos hacen falta.

En las expectativas de los padres, que ningún caso son casuales, existen transmisiones culturales de las mismas familias de origen, frecuentemente identificables y diferentes y es probable que los hermanos seleccionen caminos que pueden alejarles para toda la vida. Si existe una fuerte definición trigeneracional, los hijos se sienten “paternos” o “maternos” en un sentido muy fuerte, es decir, como si perteneciesen a dos familias diferentes y lejanas.

En terapia familiar estructural se han dividido frecuentemente las familias en subsistemas, otorgándoles después a los diferentes grupos tareas diferentes, dentro de la consulta y fuera. Es sobretodo la óptica, con la que se mira el subsistema de los hermanos, que convierte en diferente esta modalidad terapéutica. La “Mente de los hermanos” es, de hecho, construida con la tarea concreta de releer la historia de las relaciones familiares, aunque sí inicialmente las tareas son de tipo más bien práctico. Nosotros hipotetizamos que sea exactamente esta capacidad de “releer” la realidad familiar la que hace posible el cambio. Naturalmente todo esto es posible sólo si entre los hermanos se consigue establecer un vínculo intenso basado en la confianza y sobre el deseo de colaborar.


Hermanos en las Familias Reconstituidas

En estos nuevos núcleos existen expectativas muy altas, frecuentemente no satisfechas; se manifiesta en todos los casos el deseo que todo funcione inmediatamente y bien (mientras que es un recorrido largo y complejo) y la esperanza de que no exista agresividad manifiesta.

Respecto a las familias reconstituidas debemos observar algunas características que hacen referencia al subgrupo hijos-hermanos:

* los fuertes problemas de competición sobre los roles que nacen entre los hijos;

* la importancia de la compostura de los padres si no ven y no elaboran la agresividad naciente;

* el hecho que los componentes más jóvenes tienen mayores dificultades para ser aceptados;

* el hecho que los hijos que no consiguen insertarse y sentirse aceptados con un propio papel en el nuevo núcleo, frecuentemente escapan a las respectivas familias de origen;

* el hecho que el primogénito de la nueva familia es el favorito por ser el líder de éxito (ejemplo típico: Sigmund Freud);

* el hecho que los hermanos se protejan y se alíen en esta situación nueva.

Es importante que compartan las historias y recuerdos de la familia anterior, que no sea amputado un trozo que es el del padre con el cual no se vive y de su familia de origen; los hijos deben tener también libre acceso a esa parte de sí mismos y de su historia Pensemos en adolescentes a los que se les solicita pertenecer a un nuevo núcleo, mientras un adolescente en ese momento de su vida no desea otra cosa que la lejanía y la “escapada” de cualquier sistema familiar.


Las diferencias de edad y sexo

En general la situación más fácil es para los niños, que se adaptan mejor o para los adolescentes que pueden salir de la casa. Es peor para los preadolescentes que ya lo comprenden todo pero no pueden hacer ni la una ni la otra cosa. Otra situación: más peligrosa la chica que corre el riesgo de sufrir abusos sexuales por parte del padrastro cuando se comporta de manera seductiva compitiendo con su misma madre (comportamiento muy frecuente en una adolescencia normal).

Fuente: Revista Mosaico nº 46



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