lunes, 26 de septiembre de 2011

Artículo; La dinámica de pareja que se establece en la primera etapa de la relación es la que perdurará


Si al principio de la relación hay bajos niveles de desacuerdos en la pareja, esa dinámica se mantendrá por décadas. Lo mismo para los que discuten en forma frecuente, según un estudio que por 20 años siguió a mil matrimonios.

La dinámica de desencuentros y pugnas que se establece en la primera etapa de la relación de pareja es la que perdurará el resto del tiempo. Así de simple. Y así de concluyente, según la investigación publicada en el Journal of Family, que siguió a mil parejas en dos períodos en 1980 y en el 2000. Claire Kamp, autora del estudio, especialista del Departamento de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia de la Universidad estatal de Ohio, en Estados Unidos, explica que esta conclusión llegó a partir de ese largo seguimiento y de la medición sobre qué tan a menudo los participantes declararon que discrepaban en algo con sus cónyuges: jamás, rara vez, a veces, a menudo, o muy a menudo, eran las alternativas. Y, en ese escenario, el 16% reportó bajos niveles de conflicto; el 60% moderado y el 22% alto.

Es decir, la ilusión de que el tiempo puede hacer disminuir los conflictos de la vida en pareja sería eso, sólo una ilusión. Porque, a partir de los resultados de esta y de otras investigaciones, el nivel de las discusiones sería uno de los elementos más estables dentro de una unión y la dinámica para abordarlas se establecería en los primeros 100 días de convivencia. La intensidad del conflicto, sostiene Kamp, se relacionaría, además, en gran parte a la toma de decisiones: "Los esposos que asumían desde el principio una toma de decisión desigual, tenían mayores probabilidades de presentar mayor conflicto marital".

En esos términos, la investigación de la Universidad de Ohio determinó que el patrón más constante fue que aquellos que comenzaron el período del estudio -de 20 años- con una unión igualitaria y fueron consistentes en la idea que la unión debe durar por siempre, tenían más probabilidades de permanecer casados. Lo mismo ocurría con el rol activo del hombre en las tareas del hogar. En ese caso, de las uniones que presentaron hostilidad desde un comienzo, las probabilidades de divorcio fue 40% mayor.

Así las cosas, los primeros días son centrales para el resto de la vida en común, porque además de lo anterior, se definen tácitamente -en la mayoría de los casos- cómo se resuelve el tema de los gastos, la forma de divertirse, los espacios individuales, la distribución de las tareas domésticas y una larga lista a la que se suma la relación con los familiares del otro.

Es decir, se establecen las raíces de la convivencia y se van desplegando los códigos y pautas que la definirán. Pero esas pautas de los primeros días no siempre son consideradas por la pareja. Claudia Cartes, terapeuta de parejas de la U. Andrés Bello, ha visto en consulta que las parejas siempre creen que las cosas pueden cambiar para mejor a futuro, "pero cada uno de los miembros de la pareja cree que le corresponde al otro cambiar, y lo que generalmente pasa es que el otro no cambia, es como es no más".

Por eso, al legitimarse la dinámica de convivencia -sea cual fuere ésta- el cambio es complejo. "Se construyen pautas relacionales, que se van habituando de una determinada manera, que resultan cómodas, y cuando esas pautas son cuidadosas, tengo un gran avance, pero si esas pautas relacionales son dañinas. Es complejo", dice Claudia Gana, psicóloga y terapeuta de parejas del Instituto Chileno de Terapia Familiar. En esos términos, el paso del tiempo más que flexibilizar la dinámica, la vuelve inamovible: el estilo de cada quien, al unirse al del otro, establece una forma particular de enfrentar las cosas de manera permanente. "El otro gatilla ese estilo y se mantiene", explica Cartes. Es por eso que dependiendo del tiempo de una pareja juntos, los patrones se vuelven cada vez más rígidos.

Ahora, no es que las parejas no puedan generar cambios, dice la experta del Instituto de Terapia Familiar, pero lograrlos tiene que ver con la responsabilidad individual: cada miembro debe entender desde donde participa en que la situación se mantenga con las características que tiene; si uno no ve cuál es la participación propia, es más difícil generar cambios.

Ver noticia completa

Autores del artículo; Paulina Sepúlveda G. / Ilustración: Rafael Edwards


No hay comentarios: